20.8.12

Tonada de mi vaca Luna



En la semana del plan vacacional del Museo de Petare, además de conocer la muñequería tradicional y los instrumentos típicos criollos, los niños hicieron instrumentos musicales latinoamericanos con reciclaje y compusieron una tonada, uniendo la expresión literaria con la musical.

El sonido del palo de lluvia se convirtió en el de la leche que cae en el tobo de ordeño: ch, ch, ch... y fue la base rítmica para acompasar el corazón del que ordeña con la melodía de la tonada.

- ¿Ajá! ¿Y cómo se llama esa vaca que estamos ordeñado?
- ¡Luna! - y todos ríen- "tiene el cuerpo todo cubierto de plumas"...
- ¡Buenísimo! Y ahora inventemos unos versos que no existan, que salgan de su corazón. A ver, ordeñemos a la vaca y vamos a sentir qué le queremos decir.
Luego de unos minutos con los ojos cerrados, escuchando sólo el ch, ch, ch... de sus labios, empezaron a surgir palabras:
- ...que nos de su leche...
- ...que sea blanca...
- ...que sea fresca y hagamos queso para las empanadas...
- ...que es bonita como la luna cuando está redondita...
- ...que la leche sea fresca como el agua...

Y de esa lluvia de ideas, salió la Tonada de mi vaca Luna:

Mi vaca se llama Luna,
Luna, Lunita redonda:
dame tu leche blanquita,
dame tu leche fresquita.
Tan fresquita como el agua
que me lava en la mañana;
dame tu leche, Lunita,
dame tu leche bendita.
Y después de componer y cantar, los niños dibujaron su vaca Luna. Sus imágenes ilustran esta entrada.

Compartimos un pedacito de la tonada, pues algún duende pulsó el botón equivocado y sólo quedó el inicio de la canción. Cosas de duendes...



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