14.1.10

Alicia y el Galimatazo



Jabberwocky
Sir Johnn Tenniel

En
Alicia a través del espejo, encontramos un singular juego de lenguaje en el poema Galimatazo -o Jabberwocky en inglés- una aventura para lectores curiosos y con ganas de trastocar las palabras e inventarles nuevos significados.

En la tradición del nonsense de Eduard Lear (1812 - 1888), Lewis Carroll (27 de enero 1832– 14 de enero 1898) nos cuenta la absurda aventura del joven que va a la caza del Galimatazo (a mí me gusta más como suena Jabberwocky), y para recordar al autor de Alicia, les dejamos entonces con el poema:


Un libro yacía sobre la mesa, cerca de donde estaba Alicia, y mientras ésta seguía observando de cerca al Rey (pues aún estaba un poco preocupada por él y tenía la tinta bien a mano para echársela encima caso de que volviera a darle otro soponcio) comenzó a hojearlo para ver si encontraba algún párrafo que pudiera leer, --...pues en realidad parece estar escrito en un idioma que no conozco-- se dijo a sí misma.
Y en efecto, decía así:

Durante algún tiempo estuvo intentando descifrar este pasaje, hasta que al final se le ocurrió una idea luminosa:

--¡Claro! ¡Como que es un libro del espejo! Por tanto, si lo coloco delante del espejo las palabras se pondrán del derecho.

Y este fue el poema que Alicia leyó entonces:

GALIMATAZO

Brillaba, brumeando negro, el sol;
agiliscosos giroscaban los limazones
banerrando por las váparas lejanas;
mimosos se fruncían los borogobios
mientras el momio rantas murgiflaba.

¡Cuidate del Galimatazo, hijo mío!
¡Guárdate de los dientes que trituran
Y de las zarpas gue desgarran!
¡Cuidate del pájaro Jubo-Jubo y
que no te agarre el frumioso Zamarrajo!

Valiente empuñó el gladio vorpal;
a la hueste manzona acometió sin descanso;
luego, reposóse bajo el árbol del Tántamo
y quedóse sesudo contemplando...

Y asi, mientras cabilaba firsuto.
¡¡Hete al Galimatazo, fuego en los ojos,
que surge hedoroso del bosque turgal
y se acerca raudo y borguejeando!!

¡Zis, zas y zas! Una y otra vez
zarandeó tijereteando el gladio vorpal!
Bien muerto dejó al monstruo, y con su testa
¡volvióse triunfante galompando!

¡¿Y hazlo muerto?! ¡¿Al Galimatazo?!
¡Ven a mis brazos, mancebo sonrisor!
¡Qué fragarante día! ¡Jujurujúu! ¡Jay, jay!
Carcajeó, anegado de alegria.

Pero brumeaba ya negro el sol
agiliscosos giroscaban los limazones
banerrando por las váparas lejanas,
mimosos se fruncian los borogobios
mientras el momio rantas necrofaba...

Versión en español de Jaime de Ojeda publicada en A través del espejo y lo que Alicia encontró al otro lado, Alianza Editorial, Madrid, 1973.

versión en inglés

Lewis Carrol (inglés)

Para leer más:
A Través del Espejo y lo que Alicia encontró al otro lado

De limericks, gruks, snarks y haikús

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