18.11.10

La luna

La ilustración es de Patricia Cantor.

La luna

Jaime Sabines

La luna se puede tomar a cucharadas

o como una cápsula cada dos horas.

Es buena como hipnótico y sedante

y también alivia

a los que se han intoxicado de filosofía.


Un pedazo de luna en el bolsillo

es mejor amuleto que una pata de conejo:

sirve para encontrar a quien se ama,

para ser rico sin que lo sepa nadie

y para alejar a los médicos y las clínicas.


Se puede dar de postre a los niños

cuando no se han dormido,

y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos

ayudan a bien morir.

Pon una hoja tierna de luna

debajo de tu almohada

y mirarás lo que quieras ver.


Lleva siempre un frasquito del aire de la luna

para cuando te ahogues,

y dale la llave de la luna

a los presos y a los desencantados.


Para los condenados a muerte

y los condenados a vida

no hay mejor estimulante que la luna

en dosis precisas y controladas.


Un anticipo del recital de poesía para niños ¡Que vuelen los versos, México! al cual los invitamos con alegría.

Los esperamos:

Sábado 20 de noviembre

FILVEN 2010

Pabellón Infantil

5:00 pm


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