Ilustración: Chris Wormell
Cada año espero el mes de septiembre con mucha alegría por varias razones: primero es el cumpleaños de mi hija, luego es nuestro aniversario de enamorados, depués es el cumpleaños del proyecto de la rana encantada y además es el natalicio de Roald Dahl. Suelo festejar esta fecha contando sus cuentos, uniéndome a la celebración que hacen en su país por su nacimiento, la cual es toda una fiesta. Para no quedarme atrás este año, comparto entonces un poquito de sus versos.
Tomado de
Poemas y canciones. Roald Dahl. Alfaguara Infantil y Juvenil. 2006.
La rana y el caracol
(fragmento)
Todo empezó en Escocia: en el arranque
estaba yo jugando en el estanque.
Allí, sin calcetines ni zapatos,
me suelo yo pasar mis grandes ratos.
Ayer, mientras jugaba, de repente,
vino alguien y dijo amablemente:
"Amigo, buenos días, ¿cómo estás?"
Yo me volví a mirar qué había detrás
y vi una rana colosal, gigante,
una rana de un verde deslumbrante.
La rana preguntó: "¿Qué te parezco?
¿No vas a decir nada? ¿No merezco
que admires estas patas? ¡Son tan finas!
¿Y has visto mi color? Dime, ¿qué opinas?
Seguro que jamás viste en tu ida
una rana tan verde y distinguida."
Le dije la verdad, que parecía
la hermana de mi madre, tía Lucía.
"Seguro que a tu tía gano en salto.
Seguro quemi salto es el más alto."
Vamos, sube a mi espalda, que te invito
a que vengas a darte un paseíto."
Trepé sobre su espalda y ¡aj, que cosa!
estaba fría, rígida y viscosa.
"Agarrate bien fuerte, amigo mío,
porque voy a saltar con todo brío".
Y ¡vaya si saltó!, ¡menudo salto!
jamás me vi tan lejos, ni tan alto.
VOlamos tan arriba y de tal suerte
quepensé que saltaba hacia la muerte.
Silbaban y zumbaban mis oídos;
los ojos me lloraban, escocidos...
Me sujeté con fuerza. Saltó más.
"Rana, guapita, dime adónde vas..."
Y la rana me dijo sonriente:
"De momento viajamos hacia oriente",
y luego presumió: "¿Te maravillas?
Cada salto que doy son veinte millas".
Habíamos viajado sin parar
desde el morte de Escocia hasta llegar
a las rocas de Doveer, que son blancas,
y la rana bajó y posó sus ancas:
"Esa franja de mar que ves tan ancha
es el canal que llaman de la Mancha.
La costa de este lado es Inglaterra
y aquello que esta allí, aquella otra tierra
que está en la orilla opuesta, pues es Francia.
Y no lo digo yo por arrogancia,
pero yo pego u nbrinco desde aquí
y sólo en un momento estoy allí".
"Yo veo peligroso y arriesgado",
le dije, "un salto así, de lado a lado.
No me gusta la idea de acabar
en el fondo del mar, no se nadar..."
La rana no me oyño, no me escuchó,
nada de lo que dije le importó.
Las ranas no hacen caso, les da igual
lo que pueda decirles un chaval.
Así que fue y saltó, ¡y era volar!
¡La rana y yo saltamos sobre el mar!
Tomado de
Poemas y canciones. Roald Dahl. Alfaguara Infantil y Juvenil. 2006.
1 comentario:
Hola, queria decir que el poema de "la rana y el caracol" es un poema muy bonito y emocionante.
Y por su puesto que lo leais que es maravilloso!!!
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